De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), un 90% de adultos en EE. UU. tendrá al menos una carie en su vida. Un relleno es un material hecho de composite que se usa para llenar el espacio que se formó por la erosión dental (destrucción del esmalte dental). Las coronas son una cubierta restauradora que tienen la forma de un diente y se usan para proteger y fortalecer la cúspide del diente dañado.
Dependiendo de la longevidad del relleno (o corona) y otras circunstancias, como lesiones en la boca, puede que estos rellenos o coronas lleguen a caerse. Asimismo, las coronas y rellenos pueden aflojarse debido a la erosión dental la cual puede degradar porciones del diente que mantiene la corona o relleno en su lugar.
Aunque generalmente no se considera una emergencia, una corona o relleno que llega a caerse puede resultar en un dolor o incomodidad severa o molesta causado por la sensibilidad a la temperatura, presión o aire. Si es posible, se recomienda siempre que mantengas las coronas que se te cayeron en un lugar seguro, después, programa una cita con tu dentista lo más pronto posible.
Aún si el dolor no es tan intenso, no es una buena idea esperar a hacer una cita. Un diente que no está cubierto no va a ser tan fuerte o a funcionar completamente como la corona. Sin el material fuerte y protector de tu corona, arriesgas que tu diente se destruya aún más o permites que los dientes adyacentes se muevan de tal manera que ya no te quedará la corona.
El dolor provocado por una corona o relleno puede complicar tu vida innecesariamente, impidiéndote comer, masticar o incluso hablar. Puedes tomar productos que no necesitan receta médica para prevenir el dolor hasta que puedas ir al dentista. Pero siempre es necesario consultar a tu dentista para arreglar la pérdida de una corona o relleno, mientras tanto, si se te cayó una corona o relleno hay maneras en las que puedes repararlas en casa: