¿Te ha sugerido tu dentista que quizás necesites una extracción dental? Quizás tenga un absceso, esté en peligro de que se caiga, o necesita ser extraído para darle lugar a tus muelas del juicio (muelas terciarias en adultos).
Antes que nada, necesitamos asegurarte de algo: las extracciones dentales son procedimientos muy comunes. Más de 20 millones de dientes son extraídos en los Estados Unidos cada año. Si los dueños (anteriores) de los dientes extraídos pueden hacerlo, también lo puedes hacer tú. Lo que es más, tu dentista y su equipo dental trabajarán arduamente para asegurarse lo más posible de que la extracción quede libre de estrés y de dolor.
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¿Qué es una extracción dental?
Una extracción dental es un procedimiento en el que el dentista remueve o «extrae» un diente de su cuenca en el hueso de la mandíbula. Existen dos tipos de extracciones: simple y quirúrgica.
Una extracción simple es llevada a cabo cuando un diente es visible sobre la línea de la encía y puede ser aflojada y removida con fórceps. Una extracción quirúrgica implica un procedimiento más complejo que requiere que un cirujano haga un corte en el hueso y el tejido de la encía para así poder remover un diente que no es visible sobre la línea de la encía o se encuentre impactado. Tu dentista hará uso de una anestesia tópica para adormecer el área antes de extraer el diente.
¿Por qué es extraído un diente?
Las razones por las cuales es necesario que uno o más dientes sean extraídos puede variar de acuerdo a la condición de tu salud oral. Tu dentista hará el intento de salvar un diente con caries o roto colocando una corona o haciendo una restauración antes de decidir si se debe o no extraer el diente. Las razones por las que se debe extraer un diente pueden incluir las siguientes:
- Caries severa
- No se han caído tus dientes primarios (de «leche»), lo cual ocasiona un bloqueo que impide que broten tus dientes permanentes
- Requieres de frenos (ortodoncia) por lo que es necesario remover algunos dientes para que los dientes siendo tratados tengan espacio suficiente para ajustarse
- Necesitas extraer tus muelas del juicio si te están causando dolor o si se impactan en tu mandíbula (es decir, no brotan)
Unas razones más serias que requieran que dientes sean extraídos pueden ser que necesites radiación en tu cabeza y/o cuello, por lo que los dientes que se encuentren en la zona de la radiación tienen que ser removidos. El cáncer en pacientes también puede ocasionar infecciones dentales (los medicamentos para tratar el cáncer debilitan el sistema inmune) por lo que los dientes infectados deben ser extraídos.
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Qué puedes esperar durante la extracción
Previo a la extracción, tu dentista recopilará todo tu historial dental y médico. El también necesitará una lista completa de tus medicamentos, incluyendo vitaminas, medicamentos OTC (over-the-counter), suplementos y medicamentos para combatir alergias.
Posteriormente, el doctor tomará rayos x y determinará la mejor forma de extraer el diente. Justo antes de empezar el procedimiento, tu dentista adormecerá con un anestésico el área alrededor del diente o dientes que serán removidos. El se asegurará de adormecer el diente/dientes, tus encías y el hueso de tu mandíbula.
Sí sentirás algo, pero normalmente se siente cierta presión. Tu dentista moverá el diente de un lado a otro para aflojarlo y será entonces cuando sientas presión en el área. No debes sentir ningún dolor, pero en caso contrario, déjale saber a tu dentista inmediatamente para que agregue más agentes adormecedores.
El procedimiento puede requerir de una extracción quirúrgica en caso de que tu diente no haya brotado de la encía o no haya crecido del todo. Tu cirujano hará una pequeña incisión en tu encía para poder llegar al diente.
Después de la extracción
Es común que haya sangrado durante unas 24 horas. Tu dentista te dará instrucciones sobre cómo darle cuidado y limpiar el área de la extracción. Quizás necesites tomar antibióticos y algún medicamento para el dolor. Tu cirujano podrá también recomendar que tomes algún inflamatorio (Motrin y Advil) para ayudar con el dolor. Puedes también usar hielo en tu mandíbula para disminuir la inflamación.
Asegúrate de seguir las instrucciones de tu dentista con mucho detenimiento después de la extracción. Tu dentista podrá darte antibióticos para minimizar el riesgo de que la cuenca del diente se infecte.
Trata de no lavarte los dientes durante un período de 24 horas y únicamente come alimentos tibios y suaves, masticando del otro lado de tu boca. Es mejor el no utilizar enjuagues bucales comerciales durante unos cuantos días después de la cirugía.
Querrás ser particularmente cuidadoso de no retirar el coágulo de sangre que se formará dentro de la cuenca ya que corres el riesgo de exponer el hueso, los tejidos y los nervios; esta es una condición muy dolorosa llamada «cuenca seca». Las suturas (puntadas) deben sanar y la herida cerrar por completo en un lapso de aproximadamente dos semanas.
Si requieres de una extracción dental, el equipo de Jefferson Dental Clinics está aquí para ayudarte antes, durante y después del procedimiento para asegurarnos de tu seguridad y confort. Llámanos hoy mismo.